MÉXICO - En medio de la crisis por la pandemia del COVID-19, el presidente Andrés Manuel López Obrador mantuvo este sábado un contacto muy cercano con los mexicanos: abrazó y se dejó abrazar, y besó y se dejó besar provocando un alud de críticas.
"La salida del hotel de Ometepec, saludé y atendí peticiones de la gente. Vamos a Xochistlahuaca", dice en un mensaje desde su cuenta de Twitter para acompañar un video en el que se aprecia cómo no sigue las instrucciones de Salud.
Desde el 28 de febrero, cuando se detectó de forma oficial el primer caso de coronavirus en México, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, recomendó evitar los besos y los abrazos porque, junto con el lavado manos frecuente, es la mejor manera de evitar que los contagios se propaguen.
“No hay que dejarle todo esto a una acción gubernamental, el Estado mexicano se compone de gobierno y sociedad: sectores social y privado. Cada uno de nosotros puede actuar para prevenir en sí mismo y en los demás empezando por la familia”, subrayó en ese momento el funcionario.
Pero el presidente mexicano parece pensar que los protocolos mundiales para el manejo de pandemias no aplican para él, ya que en las conferencias que ofrece cada mañana ha insistido en que no cambiará su estrategia de giras.
Y el sábado, durante una visita a comunidades del estado de Guerrero, el mandatario se confundió con los habitantes de la región y mostró que no teme a los contagios ni a las críticas.
Esto, porque la manera en beso a una menor, a quien hasta el mordisqueó la mejilla, causaron un alud de críticas por diversas razones, que van desde la coyuntura de salud hasta la falta de tacto por forzar una muestra de afecto hacia una pequeña que no la quería.
Por lo que los mensajes de apoyo con los que el gobierno mexicano suele minimizar las críticas en redes sociales no se dejaron esperar.