MÉXICO - El pánico por el COVID-19 comenzó en los aeropuertos: en Cancún, decenas de turistas argentinos y peruanos quedaron atrapados debido al cierre de fronteras en otros países.
"Nos hemos quedado aquí varados, no podemos regresar a nuestro país", dice Patricia, una turista peruana. "Realmente la estamos pasando muy mal", expresa Antonio, un visitante argentino.
La incertidumbre se extendió a las farmacias. Ahí ya es complicado encontrar geles antibacteriales y cubrebocas.
"Efectivamente es algo que nos protege, esas garantías y recomendaciones y al no haber, efectivamente, somos más vulnerables ligar", dice David Rodríguez, quien acudió a una farmacia. "Entra una especie de sicosis colectiva", considera David Rodríguez.
En los supermercados los productos desinfectantes están agotados y algunas cadenas han optado por colocar letreros, donde advierten que se permiten solo tres productos por familia.
En el estado de Hidalgo, las autoridades trabajaron a toda velocidad para instalar un hospital inflable y así poder prevenir la contingencia.
"A mí me parece bien que tengamos ya precauciones para lo que viene de coronavirus", afirma Rocío Galván, quien vive en Hidalgo.
Pero no todos vieron al COVID-19 con la misma seriedad. Este fin de semana, 130,000 personas acudieron a los conciertos del Vive Latino.
"Se debió haber pospuesto porque fue cuando se declaró pandemia; sí considero que fue una irresponsabilidad del gobierno", considera Andrea, quien acudió al concierto.
El presidente Andrés Manuel López Obrador también recibió críticas porque en sus eventos públicos no mantuvo la sana distancia, y este lunes aclaró que sus giras no serán canceladas.
"Si hace falta, yo me hago la prueba del coronavirus", dijo López Obrador.
La Secretaría de Educación Pública decidió adelantar vacaciones y a partir de este viernes las clases quedarán suspendidas hasta controlar la marea de contagio.