MÉXICO - Aun en medio de la pandemia los tamales no pudieron faltar este 2 de febrero.
"Vengo a pagar la manda de los tamales”, dice Patricia Gutiérrez.
Al igual que ella, la gente dejó la seguridad de sus hogares y se formaron temprano para alcanzar el tradicional platillo, acompañado por el atole que compartirán con su seres queridos.
"Veinte porque vamos a hacer la sana distancia, somos pocos", dice.
Durante días, las autoridades mexicanas llamaron a los ciudadanos a no reunirse durante este festejo.
La Iglesia católica también le pidió a sus feligreses que no salieran de sus casas y recibieran las bendiciones que se darían de forma virtual.
Pero aun así muchos llenaron las calles en busca del atuendo que lucirá esta día el pequeño Jesús.
“No quisimos ponerle cubrebocas”, dice Karla Salas sobre su figura de niño Dios.
Ella lo arregló como niño de la salud, porque ese vestuario al igual que el de doctor , enfermero y covid fueron los más buscados.
"Nos vamos a reunir hoy con la familia, vamos a asistir a la misa virtual y de ahí vamos a estar reunidos pocos", dice Salas.
Y la fuerza de la fe también llevó a muchos hasta las iglesias, como a Genoveva Salgado, quien dice que su figura milagrosa merece ser bendecida.
"La verdad, se siente muy feo no pasar, siento feo no estar adentro con el niño dando gracias como siempre", dice Salgado.
Ahora las autoridades sanitarias permanecerán atentas, ante los nuevos contagios que se generen de la celebración del Día de la Candelaria.
