Wilyer Abreu no dijo mucho a sus compañeros, entrenadores ni al manager de Boston, Alex Cora, cuando se presentó para enfrentar a los Texas Rangers el día después de la muerte de su abuela.
El jardinero de 25 años no pudo ocultar sus emociones luego del primero de sus dos jonrones en la victoria por 7-2 sobre los Rangers el domingo.
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“Obviamente fue una situación difícil”, dijo Abreu a través de un intérprete después del primer juego con varios jonrones de su carrera. “Estaba jugando para ella. Le dediqué este juego. Estaba jugando con el corazón en la mano. Para mí poder salir y actuar fue muy especial”.
Luego de un jonrón solitario que empató el partido en la cuarta entrada, Abreu se secó la cara con una toalla mientras miraba la pared del dugout. Una combinación de compañeros de equipo y entrenadores lo revisaron y dijo que estaba bien.
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Abreu todavía tenía lágrimas en los ojos cuando regresó al jardín derecho. Y ni siquiera había conectado todavía el mayor de los dos jonrones: un batazo de tres carreras que abrió el juego en el sexto y ayudó a los Medias Rojas a ganar la serie.
“Me quito el sombrero ante él”, dijo el abridor de Boston, Nick Pivetta. “Él también tiene una habitación llena de su familia aquí y siempre estaremos ahí para él. Sacamos lo mejor de él hoy y fue increíble verlo. Fue un momento especial para el béisbol”.
Los Medias Rojas sabían que la abuela de Abreu tenía problemas de salud y estaba en el hospital de su Venezuela natal. Llevaban semanas hablando de planes de contingencia.
De repente, Cora está manejando la magnitud de las emociones, en medio de un juego reñido, con los Rangers sacando al zurdo Walter Pennington del bullpen para un enfrentamiento entre zurdos y zurdos con Abreu.
Y Cora decidió dejarlo en el juego.
"A veces en el juego se toman decisiones basándose en las métricas", dijo Cora. “Le dejé batear porque pensé: ‘Aquí va a pasar algo bueno contra el zurdo’. Así es la vida, ¿no? No somos perfectos. Intentamos vivir la buena vida. Creo que el Señor lo recompensó con eso”.
Abreu envió un lanzamiento en cuenta de 3-1 a 430 pies al jardín derecho, alrededor de una docena de filas de profundidad, y tuvo un manejo un poco mejor de las emociones la segunda vez.
“Agradecido por la confianza que tuvo en mí con ese turno al bate”, dijo Abreu. “Con todo lo que pasó, que él tenga la confianza en mí para poder cumplir”.
Cora dijo que Abreu no planeaba pasar ningún tiempo fuera del equipo por ahora. Boston comienza una serie de tres juegos en Kansas City el lunes por la noche.
“Estoy agradecido por mis compañeros. Estoy agradecido por el apoyo que me han brindado”, dijo Abreu. “Somos una familia y hoy lo demostraron. Me demostraron que puedo confiar en ellos y sé que ellos también pueden confiar en mí”.
