Los preparativos para el funeral de la matriarca de la familia Kennedy fueron anunciados.
Ethel Kennedy, la esposa del senador Robert F. Kennedy, quien crio a sus 11 hijos después de que él fuera asesinado y se mantuvo dedicada a causas sociales y al legado de la familia durante décadas después, murió el jueves a la edad de 96 años, solo unos días después de sufrir un derrame cerebral.
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Se llevará a cabo una misa fúnebre a las 11 a.m. del lunes en la iglesia Our Lady of Victory en Centerville en Cape Cod, anunció el domingo un portavoz de la familia. El evento es solo por invitación y está cerrado al público y a la prensa.
La familia Kennedy anunció la muerte de Ethel el jueves por la mañana después de complicaciones de un derrame cerebral que sufrió el jueves pasado.
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"Es con nuestros corazones llenos de amor que anunciamos el fallecimiento de nuestra increíble abuela", publicó Joe Kennedy III en X. "Ella murió esta mañana por complicaciones relacionadas con un derrame cerebral que sufrió la semana pasada".
“Además de toda una vida de trabajo en favor de la justicia social y los derechos humanos, nuestra madre deja nueve hijos, 34 nietos y 24 tataranietos, además de numerosos sobrinos y sobrinas, todos los cuales la aman entrañablemente”, afirma la declaración familiar.
Ethel Kennedy fue una de las últimas integrantes de una generación familiar que incluía al presidente John F. Kennedy. Su familia dijo que recientemente había disfrutado de ver a muchos de sus parientes antes de enfermarse.
Hija de un millonario que se casó con el futuro senador y fiscal general en 1950, Ethel Kennedy había soportado más muertes a la edad de 40 años, que la mayoría de las personas en toda su vida.
Ella estaba al lado de Robert F. Kennedy cuando recibió un disparo fatal en la cocina del Hotel Ambassador en Los Ángeles el 5 de junio de 1968, justo después de ganar las primarias presidenciales demócratas de California. Su cuñado había sido asesinado en Dallas menos de cinco años antes.
Sus padres murieron en un accidente aéreo en 1955, y su hermano murió en un accidente en 1966. Su hijo David Kennedy sufrió una sobredosis, su hijo Michael Kennedy murió en un accidente de esquí y su sobrino John F. Kennedy Jr. en un accidente aéreo.
Otro sobrino, Michael Skakel, fue declarado culpable de asesinato antes de que la Corte Suprema de Connecticut finalmente anulara su condena. Y en 2019, su nieta Saoirse Kennedy Hill murió de una aparente sobredosis.
Ethel Kennedy se mantuvo gracias a su fe y su devoción a su familia.
“Era una católica devota y comulgaba a diario, y nos reconforta saber que se ha reunido con el amor de su vida, nuestro padre, Robert F. Kennedy; sus hijos David y Michael; su nuera Mary; sus nietos Maeve y Saoirse y sus bisnietos Gideon y Josie. Por favor, tengan a nuestra madre en sus corazones y en sus oraciones”, decía la declaración familiar.
Ethel Kennedy fundó el Centro Robert F. Kennedy para la Justicia y los Derechos Humanos poco después de la muerte de su marido y abogó por causas como el control de armas y los derechos humanos. Rara vez hablaba del asesinato de su marido. Cuando su hija cineasta Rory lo mencionó en el documental de HBO de 2012, “Ethel”, no pudo compartir su dolor.
“Cuando perdimos a papá…”, empezó, y luego se le llenaron los ojos de lágrimas y le pidió a su hija menor que “hablara de otra cosa”.
Muchos de sus descendientes se hicieron famosos. Su hija Kathleen se convirtió en vicegobernadora de Maryland; Joseph representó a Massachusetts en el Congreso; Courtney se casó con Paul Hill, quien había sido condenado injustamente por un atentado con bomba del Ejército Republicano Irlandés; Kerry se convirtió en activista de derechos humanos y presidente del centro RFK; Christopher se postuló para gobernador de Illinois; Max sirvió como fiscal en Filadelfia y Douglas informó para Fox News Channel.
Su hijo Robert F. Kennedy Jr. también se convirtió en una figura nacional, primero como abogado ambientalista y más recientemente como teórico de la conspiración que difundía teorías falsas sobre las vacunas. Se postuló a la presidencia como independiente después de desafiar brevemente a Biden, y su nombre permaneció en las boletas electorales en varios estados después de que suspendiera su campaña y apoyara a Donald Trump.
Ethel Kennedy no hizo comentarios públicos sobre las acciones de su hijo, aunque varios otros miembros de la familia lo denunciaron.
Dividió su tiempo entre casas en Hyannis Port y Palm Beach, Florida, después de que Hickory Hill, que compraron a John y Jackie Kennedy en 1957, se vendiera en 2009 por $8,25 millones.
