Un hombre de Woonsocket, Rhode Island, fue hallado culpable por robar 10 cajas de tequila Don Julio, valoradas en casi $3 mil, de su empleador en West Greenwich en 2021.
Tras un juicio que se extendió por dos días, un jurado encontró a Brenden Phang, de 25 años, culpable de un cargo de hurto superior a $1,500 y menos de $5,000. El acusado quedó en libertad bajo fianza en espera de una audiencia de sentencia el 3 de mayo de 2024, según un comunicado de la fiscalía.
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“El robo no suele provocar la misma respuesta pública que otros delitos, pero es muy importante para las víctimas y para nosotros”, dijo el fiscal general Peter Neronha. “Este acusado robó miles de dólares a su empleador, violó su confianza y violó la ley. Sin embargo, este veredicto es sin duda menos doloroso de lo que habría sido su resaca si se hubiera salido con la suya”.
Durante el juicio, el Estado demostró más allá de toda duda razonable que el acusado robó 10 cajas de tequila, por un valor total de $2,936.66, de su empleador en West Greenwich, Centrex Distributors, el 21 de julio de 2021.
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Se dijo que esa tarde, aproximadamente a las 11:15 p.m., un empleado de Centrex estaba sentado en su vehículo cerca de una puerta de carga del centro de distribución y habría visto cómo dos hombres conducían una camioneta hacia el área de carga, con la escotilla trasera entreabierta. Luego, el acusado habría salido del vehículo y comenzó a cargar rápidamente cajas de alcohol en la escotilla del camión.
De acuerdo con la información, cuando el empleado se acercó a la camioneta, vio varias cajas de tequila ya en la escotilla, momento en el que el empleado les gritó a los hombres que se detuvieran. Luego, el acusado arrojó al empleado contra un remolque estacionado en el área de carga antes de abandonar el lugar en una carretilla elevadora mientras el conductor del SUV se alejaba a toda velocidad, se dijo en el comunicado de la fiscalía.
El empleado reconoció al acusado como un compañero de trabajo y denunció el incidente a su jefe, quien luego se puso en contacto con la policía, se dijo. Llegaron los investigadores y el testigo empleado identificó positivamente al acusado, incluida la ropa que vestía en el momento del crimen. Cuando los agentes arrestaron al acusado, todavía vestía la ropa que el empleado describió que llevaba el ladrón en su declaración.
