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MANCHESTER, New Hampshire — Bernie Sanders ganó el martes las primarias demócratas de New Hampshire, adelantando por poco al aspirante moderado Pete Buttigieg y llevándose la primera victoria clara de la caótica lucha por la candidatura demócrata a las elecciones de 2020.
En su victoria, Sanders, de 78 años y que se describe como un socialista demócrata, superó un importante desafío del exalcalde de South Bend, Indiana, de 38 años.
Los dos representan a diferentes generaciones, tienen rutas distintas hacia la candidatura y tienen conceptos distintos sobre el futuro de Estados Unidos.
Mientras Sanders y Buttigieg celebraban su victoria, Amy Klobuchar obtuvo un resultado inesperadamente bueno que le abrió camino con vistas a las próximas votaciones en otros estados.
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Joe Biden y Elizabeth Warren tuvieron resultados decepcionantes y estaban camino de no conseguir ningún delegado en el estado.
La votación en New Hampshire dejó claro que los primeros días de las primarias demócratas serán en gran parte una lucha entre dos hombres separados por cuatro décadas de edad y con posiciones ideológicas muy diferentes.
Sanders es un líder progresista, que pide una intervención considerable del estado en sanidad y otros sectores de la economía.
Buttigieg ha defendido cambios más graduales y dar a los estadounidenses la opción de conservar su seguro de salud privado, además de apelar expresamente a republicanos e independientes que puedan estar insatisfechos con el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Las diferencias en sus personalidades quedaron de relevancia el martes cuando se dirigieron a sus entusiasmados seguidores.
“Vamos a ganar porque tenemos el proyecto que aborda las necesidades de los trabajadores de este país”, declaró Sandera. “Esta victoria es el principio del fin para Donald Trump”.
Buttigieg se mostró optimista.
“Gracias a ustedes, una campaña que según algunos no debería existir ha demostrado que estamos aquí para quedarnos”, dijo Buttigieg entre vítores de sus seguidores.
Ambos llegan respaldados a la siguiente fase de la campaña, aunque afrontan desafíos políticos muy diferentes.
Aunque Warren dejó claro que seguirá en carrera, Sanders, con una campaña bien financiada y un ejército de seguidores entregados, se está convirtiendo con rapidez en el líder de la rama progresista del partido.
Por su parte, Buttigieg tiene que demostrar que puede ganar el apoyo de votantes de color, cruciales para obtener la candidatura. Y a diferencia de Sanders, aún tiene varios rivales moderados a los que derrotar, como Klobuchar, que recibió un impulso en Nueva Hampshire tras su buena intervención en un debate.
Aunque la campaña de Biden había sufrido un duro golpe, se esperaba que encontrara apoyo en Carolina del Sur, mientras que el exalcalde de Nueva York Mike Bloomberg no participaba en la votación del martes, pero entrará en juego en las primarias del mes que viene, cuando se asignarán cientos de delegados.
Tras un caótico inicio de las votaciones la semana pasada en Iowa, los demócratas confiaban en que Nueva Hampshire llevara algo de claridad a su urgente búsqueda de un candidato que se enfrente a Trump en noviembre.
Al menos dos candidatos se retiraron tras sus pobres resultados del martes: el senador moderado de Colorado Michael Bennet y el recién llegado a la política Andrew Yang, que consiguió un pequeño pero leal grupo de seguidores el año pasado y era uno de los apenas tres candidatos de color que quedaban en liza.