Uno de los sobrevivientes de la masacre en Cleveland, Texas, reveló que las llamadas al 911 comenzaron mucho antes que los disparos.
Wilson García dijo que él y su esposa llamaron a la policía por primera vez el viernes por la noche después de que su vecino se negara a dejar de disparar un arma afuera y los amenazara. Ellos esperaron y entonces apareció en la casa el vecino armado con un rifle y empezó a disparar.
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Ramiro Guzmán dijo que se metió en un armario con su esposa y su hijo pequeño. Llamó al 911 una y otra vez. Cada vez, dijo, un operador le dijo que los agentes ya estaban allí, pero no lo estaban.
Cuando llegaron los agentes de la oficina del alguacil del condado San Jacinto, cinco personas, incluida la esposa de García y su hijo de 9 años, habían resultado heridas de muerte. Y el atacante se había escapado. “Fue media hora después de que comenzamos a llamar”, dijo Guzmán. “Me pregunto si hubieran venido en esos 30 minutos, esto no habría sucedido. Tal vez mi familia aún estaría viva”.
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