HOUSTON – Desde este miércoles todos los negocios de Texas podrán funcionar al 100% de su capacidad y sus residentes no tendrán que portar un cubrebocas obligatoriamente cuando estén en público.
De esta forma, entra en vigor la orden del gobernador Greg Abbott, quien hace poco más de una semana anunció el fin de las restricciones establecidas como medida de protección para evitar la propagación del COVID-19.
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Aunque ha habido un consenso generalizado sobre la necesidad de reabrir la economía del estado -golpeada severamente por los efectos de la pandemia- la orden de eliminar el uso obligatorio del cubrebocas cuando la pandemia está aún presente y la vacunación contra el COVID-19 aún no cubre a la mayoría de la población genera amplio debate.
Varios mandatarios locales en Texas (Houston, Dallas, Fort Worth, San Antonio, Austin, McAllen, entre otros, así como los jefes condales en Harris, Dallas, Tarrant, Hidalgo y Cameron) expresaron su inconformismo con la decisión del gobernador e, incluso, algunos jefes de policía como el de Houston, señalaron que los dueños de los negocios se guardan el derecho de admisión.
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Es decir, si un negocio exige el uso del cubrebocas y un cliente se rehúsa a utilizarlo, se le puede exigir que salga del lugar. Si este no obedece se puede meter en problemas con las autoridades e, incluso, enfrentar cargos de menores que lo pueden enviar a la cárcel y pagar una multa.
La eliminación de restricciones opera también para sitios como las playas, donde en algunos lugares como la Isla del Padre Sur, requería ciertas medidas de distanciamiento..
Ahora, cabe destacar que hay medidas federales que están por encima de la orden del gobernador Abbott y que obligan el uso de cubrebocas.
Por ejemplo, su uso en todos los sistemas de transporte público y edificios federales.
La mayoría de los distritos escolares más grandes del estado han anunciado que continuarán exigiendo el uso del cubrebocas a empleados y estudiantes.
Todo esto, cuando los más recientes números de COVID-19 han mostrado un leve ascenso en las últimas dos semanas según cifras de la Universidad Johns Hopkins.
El promedio de casos nuevos en el estado repuntó 10,1% y todavía hay más de 4,700 personas hospitalizadas a causa del virus.
El martes se reportaron 4,800 nuevos contagios y se estima que hay unos 128,000 casos activos en Texas.
También se notificó de 167 muertes, con lo cual cifra acumulada en un año de la pandemia asciende a 44,650.