San Antonio

Insólito: escondió el cadáver de su novio y se fue de compras con sus tarjetas

Fue sentenciada a 25 años en prisión.

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SAN ANTONIO – Una mujer, identificada como Mary Díaz, de 40 años, fue sentenciada a 25 años en prisión por matar a su pareja, esconder su cadáver en la residencia y utilizar sus tarjetas de crédito.

Según los documentos de corte, el 18 de febrero de 2020, oficiales acudieron a la residencia ubicada en 415 Susanwood para realizar un chequeo de bienestar para Christopher Jones, de 58 años, ya que la familia no tuvo contacto con él desde casi un mes.

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Al ingresar a la casa, hallaron el cadáver en estado de descomposición de un hombre. En medio de la investigación, autoridades hallaron vacía una caja de pistola Smith and Wesson y en un armario se encontraron balas de calibre 40 para esa arma.  

El cartucho de las balas contenía balas reales y aparentemente faltaban algunas.

Al día siguiente, la oficina del Médico Forense confirmó mediante autopsia que el demandante murió como resultado de una herida de bala.

La investigación preliminar reveló que Díaz había sido arrestada previamente el 29 de enero de 2020 por un caso no relacionado y tenía en su poder las pertenencias personales de la víctima, incluidas su tarjeta de crédito, billetera, llaves del vehículo y teléfono celular.

Mientras revisaban el auto de la mujer, hallaron las balas calibre 40 que habrían sido utilizadas en el asesinato.

Asimismo, la mujer todavía estaba en posesión de la billetera, el documento de identidad, las tarjetas de crédito, el teléfono celular, la computadora portátil y las llaves del vehículo de la víctima.

Díaz había declarado que la víctima le dejó todas sus posesiones y se fue a California hace semanas, según los documentos de corte.

Los análisis forenses del teléfono celular de la víctima revelaron que se accedió a su cuenta de e-mail y se cambió la contraseña. Los días 8 y 12 de febrero se creía que la víctima ya había fallecido en el momento en que se accedió a su cuenta y que su teléfono estaba en posesión de la acusada.

Luego, la cuenta de Gmail se utilizó para cambiar las contraseñas de sus cuentas bancarias personales, su cuenta de PayPal y varias otras.

Según los documentos judiciales, la mujer admitió haber utilizado las cuentas bancarias de la víctima, pero en ese momento no quiso hablar sobre el asesinato y permaneció en silencio.

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