centro de Los Ángeles

Tremendo error: pasan casi 20 años en prisión por un crimen que no cometieron

Jofama Coleman tenía 20 años, y Abel Soto, 15, cuando fueron sentenciados en el 2007 por un asesinato con que, según el fiscal George Gascón, no tenían relación alguna.

Telemundo

Después de pasar casi 20 años por su supuesta participación en un asesinato en el 2003, el fiscal del condado de Los Ángeles anunció el miércoles la exoneración de dos hombres.

Después de que pasaron casi 20 años en prisión por su supuesta participación en un asesinato en el 2003, el fiscal del condado de Los Ángeles anunció el miércoles la exoneración de dos hombres.

El asesinato de José Robles, de 16 años, ocurrido en Los Ángeles en el 2003 fue el delito por el que los culparon. Testigos dijeron que alguien le había disparado desde una camioneta tipo van y después se había bajado para acribillarlo.

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Pero la evidencia y retracciones por parte de testigos llevaron al fiscal del condado a declarar que se había enjuiciado a las personas equivocadas.  

Jofama Coleman tenía 20 años, y Abel Soto, 15, cuando fueron sentenciados en el 2007 por el asesinato con que, según el fiscal George Gascón, no tenían relación alguna.

Gascón pidió disculpas a Soto y a Coleman, quienes eran muy jóvenes cuando fueron condenados.

“Soto, de 33 años, fue exonerado después de pasar 18  años tras las rejas por supuestamente haber sido el que jaló el gatillo en el asesinato de un adolescente”, dijo Gascón.

“Pasar por algo así es muy difícil y sin el soporte y el amor de mi familia no lo hubiera hecho”, añadió Soto.

Coleman, de 38 años, fue exonerado después de casi dos décadas en prisión por supuestamente manejar el vehículo involucrado en ese mismo crimen.

"Me encontré encarcelado. El peso de esa injusticia fue una carga que llevé sobre mí todos los días", señaló Coleman.

Pasar décadas tras las rejas sabiendo que eran inocentes fue una tortura, no solo para ellos: sus familias también viven con el peso de la condena.

“Verlo libre después de tanto año me da mucho gusto”, dijo Pascual Veliz Soto, abuela de Abel.

“Me siento muy alegre por mi papá, porque, como él, yo soy padre y yo no me puedo imaginar sin mis hijos”, dijo José Soto, hermano de Abel.

Luchando por contener el llanto, Ellen Eggers, la abogada que les ayudó en el caso, los calificó como héroes que nunca flaquearon en su búsqueda de la justicia.

Y después de enfrentar la posibilidad de cárcel de por vida, para Soto y Coleman, cada momento de libertad con seres queridos a su lado los llena de felicidad y agradecimiento con todo el equipo que les dio la libertad para empezar su vida de nuevo.

El fiscal dijo que creen haber identificado a los que verdaderamente cometieron el asesinato en el 2003, y se espera que en unas semanas el alguacil de Los Ángeles presente un caso ante el fiscal para  enjuiciarlos.

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